Pocas órdenes han despertado tanto misterio y fascinación como los templarios.
Estos monjes guerreros, surgidos en el siglo XII, no solo eran implacables en la batalla, sino también profundamente espirituales.
Entre sus rituales más enigmáticos estaba el canto del Salmo 135, un himno que resonaba en sus fortalezas, en sus campamentos y, posiblemente, en las vísperas de sus enfrentamientos más cruciales.
Pero, ¿por qué este salmo en particular? ¿Qué mensaje escondía? ¿Era solo una alabanza religiosa o contenía un significado más profundo?
Vamos a explorar el simbolismo oculto y la importancia mística de este canto dentro de la Orden del Temple.
El Salmo 135: Un himno de alabanza y victoria
El Salmo 135, también conocido como Laudate nomen Domini, es un cántico de exaltación a Dios que narra la historia del pueblo de Israel y sus victorias obtenidas gracias a la intervención divina.
Sus versos hacen un repaso de los milagros y hazañas de Yahvé, desde la salida de Egipto hasta la conquista de la Tierra Prometida.
Fragmentos clave del Salmo 135
El salmo inicia con un llamado a la alabanza:
«¡Aleluya! Alabad el nombre de Yahvé,
alabadle, siervos de Yahvé,
que estáis en la casa de Yahvé,
en los atrios de la casa de nuestro Dios.»
Posteriormente, se ensalza la supremacía del Señor sobre todas las naciones y se menciona su intervención en la historia de su pueblo:
«Él hirió a muchas naciones
y mató a reyes poderosos:
a Sehón, rey de los amorreos,
a Og, rey de Basán,
y a todos los reyes de Canaán.»
Finalmente, se repite un estribillo constante a lo largo del salmo:
«Porque para siempre es su misericordia.»
Este último verso, aparentemente sencillo, podría tener un significado esotérico para los templarios, como veremos más adelante.
¿Por qué los templarios adoptaron el Salmo 135?
Los templarios no escogían sus oraciones al azar. Cada cántico, cada salmo y cada ritual tenía un propósito específico dentro de la Orden.
El Salmo 135 se convirtió en su preferido por tres razones principales:
1. Un himno de guerra y resistencia
El salmo resalta la intervención de Dios en la derrota de los enemigos de su pueblo.
Para los templarios, que veían su lucha en Tierra Santa como una guerra sagrada, este mensaje era perfecto para fortalecer su fe antes de la batalla.
Además, la repetición del estribillo «Porque para siempre es su misericordia» no solo servía como una afirmación de confianza en Dios, sino que también ayudaba a los caballeros a concentrarse y mantener la calma ante la inminencia del combate.
2. Un vínculo con el Antiguo Testamento y los cruzados
Los templarios tenían una profunda conexión con la tradición bíblica hebrea.
Se consideraban herederos de los guerreros de Israel, quienes, según el Antiguo Testamento, combatieron en nombre de Dios para establecer su reino en la Tierra.
El hecho de que el Salmo 135 mencione a los reyes paganos derrotados por Yahvé reforzaba la idea de que los templarios estaban cumpliendo una misión similar: combatir a los infieles y recuperar Tierra Santa para la cristiandad.
3. Un posible significado esotérico y cifrado
Algunos estudiosos del esoterismo templario han sugerido que el Salmo 135 contenía mensajes ocultos que solo los iniciados en la Orden podían comprender.
Por ejemplo, la repetición de «Porque para siempre es su misericordia» podría interpretarse como un mantra destinado a reforzar un conocimiento secreto dentro de la Orden, tal vez relacionado con sus supuestos vínculos con tradiciones místicas como la Cábala o el gnosticismo cristiano.
El ritual templario y el canto del Salmo 135
El Salmo 135 no era un simple cántico ocasional. Formaba parte de las rutinas espirituales de los templarios y era entonado en varios momentos clave:
🔹 En las oraciones matutinas: Los caballeros templarios iniciaban el día con plegarias, y este salmo era uno de los más recitados, sirviendo como una afirmación de su misión divina.
🔹 Antes del combate: Se dice que los templarios lo cantaban antes de las batallas, creando un ambiente de fervor y unidad entre los soldados.
🔹 En las ceremonias de iniciación: Es posible que los nuevos caballeros lo escucharan durante su ingreso en la Orden, reforzando la idea de que estaban entrando en una hermandad sagrada y guerrera.
🔹 En sus últimos momentos: Algunos registros históricos sugieren que ciertos templarios condenados a la hoguera lo recitaron mientras ardían, demostrando su inquebrantable fe hasta el final.
¿Aún resuena el Salmo 135 en la actualidad?
A pesar de la disolución de la Orden del Temple en 1312, su legado no desapareció. El Salmo 135 sigue presente en liturgias cristianas, especialmente en los cantos gregorianos.
En algunas antiguas fortalezas templarias, como la de Tomar en Portugal o la de Ponferrada en España, los visitantes afirman sentir una extraña energía o incluso escuchar murmullos que parecen ser cánticos ancestrales.
Tal vez, si te encuentras en uno de estos sitios históricos y prestas suficiente atención, puedas oír el eco lejano de los templarios entonando su himno de guerra y fe.
Conclusión: El Salmo 135, un canto de poder y devoción
Los templarios no eran solo guerreros, eran monjes con una espiritualidad profundamente arraigada.
Su elección del Salmo 135 no fue casual: era una forma de conectarse con Dios, de reafirmar su misión y de encontrar fortaleza antes de enfrentar la muerte.
Hoy, siglos después, este canto sigue siendo un símbolo de resistencia, valentía y fe inquebrantable.
Y aunque la Orden del Temple fue destruida, su espíritu sigue vivo en las páginas de la historia… y quizás en algún rincón del mundo, en el eco de un antiguo castillo, sus voces aún resuenan.






















